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Arrancando el blog

Hola. Si estás leyendo esto es porque por alguna razón has buscado en Google cómo hacer el Camino de Santiago con tu perro y quieres conocer experiencias y opiniones de otros que ya lo hayan hecho.
Yo estaba como tú hace unos años y también me sentí frustrado al descubrir que había pocos sitios donde se escribieran consejos para los que querían recorrer el Camino con nuestro mejor compañero. Esa ha sido la razón por la que me he decidido a compartir mis experiencias con los que tienen igual que yo la ilusión de llegar a Santiago de Compostela con su mascota.

Pero antes de nada......

Bueno, para comenzar con buen ánimo y conseguir que sigáis leyendo este blog, vamos a dejar las cosas claras.

Lo primero: el Camino se puede hacer con tu mascota.
Es cierto que supone ciertos contratiempos y dificulta algo la realización de las etapas, pero no es algo insalvable. Piensa en personas con otras dificultades como movilidad reducida, falta de visión, edad avanzada, niños pequeños, etc., que también desean llegar a Santiago y se enfrentan al reto de superar su minusvalía o handicap.
Si ellos pueden, tú también. Es sólo auténtica voluntad de querer ser peregrino.

Lo segundo, parafraseando a Sun Zu: conócete a ti mismo, pero conoce mejor a tu perro.
Sabéis que cada perro es único y lo que era bueno para el mío puede no serlo para el vuestro y viceversa. Tenéis que conocer la capacidad de aguante, físico pero también de hambre y de sed, de vuestro perro. A lo largo del blog os hablaré del mío y lo llegaréis a conocer muy bien, así sabréis valorar lo que podéis llegar a pedir al vuestro.

Tercer punto: el viaje de vuelta. Si pensabais que el camino era complicado, es que no habéis pensado en el regreso. Depende del tamaño del animal puede ser desde un contratiempo menor a un problema logístico de consideración. Hay que planificarlo y ver las opciones.

Cuarto punto: los albergues. Es algo recurrente y que todos los peregrinos con los que nos cruzamos nos preguntaban. Con el 99 % de los albergues no hemos tenido problema. Primero porque ya buscábamos los más adecuados y segundo porque nunca hemos pretendido que Tuca (la protagonista) durmiera en la habitación.


Tuca, nuestro Mastín del Pirineo


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