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Las primeras etapas.

Primera etapa. De Canfranc-Estación a Jaca

Bueno, como ya expliqué en las primeras entradas, el camino lo hicimos por tramos.
Comenzamos en Canfranc-Estación un ya lejano día de marzo de 2015 hasta Jaca. Esa etapa la hicimos aislada y volvimos a Zaragoza, así que poco hay que explicar.
No utilizamos albergue en Jaca ni pernoctamos en ningún sitio previo. Dejamos los coches en Canfranc y nos acompañó un coche de apoyo para luego ir los conductores a por ellos.

El camino desde Canfranc transcurre en parte por el otro lado del río, alejado de la carretera y un tanto escabroso, así que el perro lo pasa en grande por ese terreno tan accidentado.
Según nos aproximamos a Jaca, el camino se convierte en pista pero tampoco transcurre muy pegado a la carretera así que no hay problema por dejarlo a su aire.

Segunda etapa. De Jaca a Santa Cilia de Jaca

Continuamos el camino en Semana Santa y en total recorrimos unos 88 km en 4 días. Nos acompaña un coche de apoyo que lleva las cosas de más peso y que nos servirá para regresar a por los coches y recoger a todo el grupo el último día.
La primera etapa fue de Jaca a Santa Cilia de Jaca. Sería la prueba de fuego para Tuca. Su primera noche fuera de casa.
El camino va combinando tramos de carretera con senderos por los bosques. Teniendo precaución en los primeros, la perra puede ir suelta en los segundos. Al comienzo vamos pegados al río Aragón, así que tiene oportunidades de beber y refrescarse. Más adelante salen algunos arroyos. Al ser la etapa corta, no tiene tiempo de pasar sed.

En Santa Cilia nos alojamos en el albergue municipal que, al ser el primero que empleamos, nos parece estupendo. En la parte trasera tiene un pequeño patio descubierto, donde Tuca pasará la noche. El pueblo es pequeño y muy tranquilo, lo cual se agradece y contribuye a que Tuca esté relajada, a lo que se suma la caminata de 16 km. Duerme como un lirón.
Aunque las habitaciones están en el primer piso, nosotros dormimos en un sofá cama de la planta baja por si Tuca necesita algo. Con las sobras de la cena, Tuca se da un festín.

Tercera etapa. De Santa Cilia de Jaca a Artieda

Salimos con el fresco hacia Puente la Reina. Este primer tramo va cruzando la carretera de vez en cuando, lo que supone tener que llevar sujeta a la perra. El camino transcurre por senderos muy abruptos y cercanos al río. Una vez pasado Puente la Reina dejamos atrás la carretera N-134 que está muy transitada y, mientras unos siguen el camino por la carretera comarcal, otros seguimos el sendero hacia Arrés con Tuca. Absolutamente recomendable. Hay que evitar en lo posible las carreteras y dejar que el perro vaya a su aire. Aún así, al acercarnos a Artieda hay tramos de carretera que obligan a llevarlo sujeto.
Parada en el albergue de Arrés

En Artieda nos alojamos en el albergue municipal. A un lado hay un porche cubierto donde dejamos descansar a Tuca. Hoy han sido 28 kilómetros y a pesar de ser abril, ha apretado el calor. Tampoco ha habido muchas oportunidades de beber en los arroyos.
Por la parte de atrás hay una zona ajardinada y una terraza del albergue donde también estaría bien, pero no está cubierta. Esa noche las temperaturas iban a bajar bastante, pero el Mastín lo soporta bien. El pueblo también es tranquilo y se agradece.
En este soportal pasó la noche Tuca

Cuarta etapa. De Artieda a Undués de Lerda

A la salida se enfila un sendero muy tupido junto a un arroyo. Sería ideal cruzarlo por la tarde, pero por la mañana hace un poco de frío. En seguida vamos por los límites de los campos de cultivo. Tuca se ha acostumbrado al grupo y anda "pastoreándonos", adelante y atrás para que no se escape ninguno del rebaño. Dado que vamos separados en grupos, se coloca en los cruces hasta asegurarse que todos cogen el camino correcto. Es muy graciosa.
Cerca de Ruesta vuelve a ser carretera y hay que sujetar a Tuca, aunque es un tramo corto. Después de Ruesta, se encuentra la subida más larga del camino, según dicen, aunque no la más pendiente. Hay mucha procesionaria y hay que tener cuidado que el perro no pise o se entretenga con alguna, ya que le puede traer algún percance.
Llegamos a Undués tras 22 km intensos por las subidas y bajadas del relieve. En la plaza del pueblo comimos y nos alojamos en el albergue municipal. Un edificio nuevo y de gran capacidad. No sabíamos que hacer con Tuca, así que en un principio la dejamos atada (siempre lo hacemos) en un arbol de la plaza, al aire libre. Más adelante, viendo que no había ningún peligro en el pueblo, la dejamos suelta, al fin y al cabo todos los perros del pueblo iban a su aire y Tuca nunca se lleva mal con ninguno, sólo persigue a los gatos.
A Tuca nunca le falta comida.
Por la noche la muy espabilada supo meterse en el albergue, pernoctando en la planta baja, lo que descubrimos al día siguiente.
Esa tarde regresamos a Jaca a por los coches y los dejamos en Liédena, final de la etapa de este tramo. Ya comenté que es tan importante calcular el camino de ida como el regreso.

Quinta etapa. De Undués de Lerda a Liédena

Esta etapa tiene poco que explicar, por su corto trayecto y porque al ser el final de este tramo nos volvimos a Zaragoza sin llegar a pernoctar en ningún sitio.
El camino hasta Sangüesa transcurre por pistas y senderos sin dificultad, alternando pequeñas zonas sombreadas con espacios abiertos. El peor tramo son los dos kilómetros entre Sangüesa y Liédena que van pegados a la carretera y la fábrica que hay a la salida apesta el recorrido.
Al llegar a Liédena comimos,nos hicimos la foto de fin de etapa y cargamos a Tuca en el coche, regresando a Zaragoza.
Final de etapa en Liédena. Tuca siempre está presente




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